La investigadora García de Vinuesa demuestra la inocencia de una mujer australiana tras 20 años en prisión



Tribunal Supremo de Australia. Imagen: Kelly Underwood vía Flickr.

  • Kathleen Folbigg fue condenada a 40 años de prisión acusada de haber asesinado a sus cuatro hijos en un período de diez años
  • La investigadora, Carola García de Vinuesa, demostró que el fallecimiento se debió a un problema genético

El pasado lunes, 5 de junio, las autoridades australianas anunciaron el indulto a Kathleen Folbigg (55 años), quien llevaba en prisión dos décadaspor el asesinato de sus cuatro bebés. La científica española Carola García de Vinuesa es la coordinadora de la investigación que ha conseguido demostrar que los decesos se debieron a fallos genéticos.

“En aras de la justicia, Kathleen Folbigg debe ser liberada de custodia lo antes posible”, declaró el lunes el fiscal general del Estado de Nueva Gales del Sur, Michael Daley. También aseguró: “Nunca ha habido en la historia de la medicina un caso como este”. Sin embargo, precisó que la resolución no anula las condenas contra Folbigg, sino que esta es una decisión a tomar por el Tribunal de Apelación Penal. Si finalmente se anulan, la mujer podrá demandar al Gobierno por una compensación millonaria.

La “peor asesina en serie” de Australia
Kathleen Folbigg fue bautizada mediáticamente como la “peor asesina en serie” de Australia, calificativo avalado por jueces, psiquiatras y forenses. La mujer fue acusada del asesinato de sus cuatro hijos en un periodo de diez años, entre 1989 y 1999, asfixiándolos apenas semanas o meses tras su nacimiento. 

Ella y su marido, Craig, tuvieron a su primer hijo, Caleb, en 1989, y tan sólo vivió 19 días. Un año más tarde nació Patrick, quien falleció a los 8 meses. Sarah nació dos años más tarde y murió con 10 meses. Finalmente, en 1999, llegó Laura, quien consiguió vivir hasta los 18 meses.

Kathleen Folbigg mantuvo siempre su inocencia, pero fue condenada a 40 años en 2003, con un período sin libertad condicional de 30 años reducidos a 25, por homicidio involuntario de Caleb y el asesinato de Patrick, Sarah y Laura. Los especialistas y la opinión pública estaban en su contra: nadie creía que cuatro bebés de una misma familia muriesen por causas naturales antes de cumplir los dos años.

Hasta su propio marido colaboró con los agentes: inculpó a su esposa y entregó sus diarios con supuestos “pensamientos profundos de una mujer torturada por la culpa por su papel en la muerte de sus hijos”.

La investigación científica
La inmunóloga española Carola García de Vinuesa y el danés Michael Toft coordinaron y lideraron, respectivamente, el equipo de científicos que, desde 2018, investigaron la inocencia de Folbigg. En 2020 concluyeron que los decesos de los bebés se debían a causas genéticas.

Para el caso de Sarah y Laura la investigación encontró una posibilidad razonable de que su fallecimiento se debiera a una mutación genética conocida como CALM2-G114R. García Vinuesa explicó que se trata de un gen que codifica la calmodulina, proteína importante para regular el ritmo cardíaco. Este gen causa arritmias muy letales y muerte súbita en niños.

Caleb y Patrick, por su parte, no presentaban esta mutación. El primero nació con una laringomalacia, es decir, una obstrucción en las vías respiratorias. El segundo desarrolló epilepsia severa a los cuatro meses y murió de un ataque epiléptico.

La investigadora española contó a los medios españoles que recibió una llamada de Kathleen cuando salió de la cárcel: “Está feliz. Fue una llamada muy bonita. Han sido muy duros estos últimos años y ella está muy agradecida con los científicos implicados”. Folbigg aseguró que se siente humilde y agradecida, y sobre todo alegre porque “es una victoria para la ciencia y, especialmente, para la verdad”.


Lucía Ayuso. Redactora.

«¿La muerte del periodismo? ¡Cuidado! ¡Es la muerte de la democracia!». Arcadi Espada

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