La búsqueda de Madeleine McCann continúa 16 años después de su desaparición

Zona de investigación. Imagen: EFE.

  • Los investigadores han vuelto al Algarve para continuar con la búsqueda de la niña británica
  • Nuevas pistas apuntan hacia el principal sospechoso, Christian Brueckner

16 años después de la desaparición de la joven británica Madeleine McCann, la policía ha reanudado los trabajos de investigación en la zona del Algarve, Portugal. “Maddie”, como es conocida en el mundo entero, desapareció en mayo de 2007 con tan solo 3 años en Portugal, donde se encontraba de vacaciones con su familia

Muchas han sido las hipótesis en torno a un suceso que conmocionó a toda la sociedad y se coronó como uno de los casos más famosos de Reino Unido. Durante todos estos años se han dado numerosos giros inesperados que han llegado a callejones sin salida. Por ello, la reciente situación ha despertado ciertas discrepancias.

La búsqueda se ha reanudado tras la petición de las autoridades alemanas, las cuales han creado un dispositivo junto con las autoridades británicas y portuguesas. Estos han decidido centrarse en esta ocasión en una zona más concreta, la presa de Barragem do Arade, a unos 50 km del Algarve, donde ella fue vista por última vez. Todo ello tras el hallazgo de unas fotos que estaban en posesión de Christian Brueckner, el principal sospechoso del caso. Se trata de un hombre de origen alemán de 45 años, que cuenta con más de 20 denuncias y con varios ingresos previos en prisión.

Según las autoridades alemanas, el embalse donde se realiza la nueva búsqueda es muy conocido por el sospechoso, de hecho ha llegado a considerar a dicho entorno como “su pequeño paraíso”. La principal hipótesis que se baraja es que secuestró, mató y arrojó el cadáver de la pequeña a dicho embalse. Además, se encuentra en un punto estratégico clave: entre la villa en la zona de Foral, donde se encontraba alojado en una minivan, y Praia da Luz, la aldea elegida por los padres de Madeleine para hospedarse.

La desaparición ocurrió el 3 de mayo de 2007, cuando la joven tenía 3 años. En el momento de la desaparición Madeleine se encontraba descansando con sus dos hermanos en el apartamento vacacional alquilado por la familia, mientras sus padres se situaban a 300 metros cenando en un restaurante con unos conocidos.

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La zona ya fue revisada en las primeras búsquedas. No obstante, fue un trabajo muy superficial; se utilizaron palas y perros rastreadores, pero no trabajaron con máquinas pesadas. Se encontraron varias evidencias poco claras como cables, cinta plástica, un calcetín y dos bolsas que contenían pequeños huesos. El principal objetivo hoy en día es localizar el pijama rosa que llevaba la pequeña en el momento de la desaparición.

El caso está bajo secreto de sumario y no se conocen las pruebas que tiene actualmente la policía y el avance de la investigación. Jim Gamble, policía britanico que trabajó en las primeras investigaciones, dice: “es necesario que cualquiera que hubiera estado en Praia da Luz en el momento de la desaparición hace 16 años o que haya estado cerca del embalse en los días posteriores a la desaparición de Madeleine trate de recordar y pensar”.

En 2008 ya se realizaron unos rastreos con buzos financiados por un abogado portugués, Marcos Aragao Correia, quien decía que la jovén había sido asesinada y arrojada al embalse en un plazo de 48 horas. Lo raro de esto es que el abogado afirmaba que sus fuentes venían “del más allá”. Tiempo después declaró que su búsqueda no arrojó ningún resultado  al caso.

Julia Wendell
Hace unos meses, una joven polaca de 21 años, Julia Wendell, afirmó ser Madeleine. La chica aseguraba que no recordaba la mayor parte de su infancia y que su primer recuerdo es de un lugar cálido, donde había playa y edificios blancos. Además, tenía ciertos rasgos físicos parecidos

Esta estaba totalmente convencida de ser la jovén británica desaparecida. De hecho, llegó a  pedir una prueba de ADN a los miembros de la familia McCann a través de una cuenta que acumulaba un millón de seguidores en Tik Tok. 

Sin embargo, Scotland Yard, no hizo mucho caso a sus argumentos y aseguraron que la joven no era ella ya que Madeleine murió el mismo día de su desaparición y, en caso de que siguiese con vida, tendría 19 años, no 21. La prueba no llegó a realizarse, pero sí se hizo uso del envejecimiento robot para comparar los rasgos de Julia con los que tendría en la actualidad Madeline. Los resultados fueron completamente negativos. 

 

Anne Madrigal. Redactora.

“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedan imponer a la libertad de mi mente”. Virginia Woolf

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