El Congreso aprueba la segunda ley trans de la democracia tras dos años de fricciones



La Ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a la exdiputada Carla Antonelli,
celebrando la aprobación de la ley trans. Imagen: @CarlaAntonelli vía Twitter.

  • La norma fue votada ayer en el Pleno de la Cámara Baja después de las enmiendas del Senado
  • El principio de autodeterminación de género ha supuesto la mayor fractura en el Gobierno hasta el momento

Ayer, jueves 16 de febrero, el Pleno del Congreso de los Diputados aprobó la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, que incorporó las dos enmiendas técnicas del Senado. El camino ha estado repleto de fricciones y división en el Parlamento, entre los socios de coalición e incluso dentro del movimiento feminista. Las críticas se dirigen, sobre todo, al corazón de la norma: la autodeterminación de género.

Tal y como sucedió el pasado diciembre, con la primera luz verde a la normativa en el Congreso, los bloques de respaldo y oposición han sido claros, aunque con matices. El Partido Popular (PP) y Vox se mantuvieron en contra y presentaron una enmienda a la totalidad de devolución para frenar el trámite de la legislación sin presentar texto alternativo alguno. Las enmiendas fueron tumbadas en octubre. Además, comparten la patologización de la transexualidad: Vox con la perspectiva de “trastorno psicológico” y PP con la defensa de que debería persistir la exigencia de “un informe médico que diagnostique una disforia de género”. En cualquier caso, la patologización desaparece con la nueva ley. 

Por el lado contrario se encuentran las izquierdas y Ciudadanos. La ruptura PSOE-Podemos vino con la autodeterminación de género, que supone que una persona pueda cambiarse de nombre y sexo en el DNI con su mera voluntad a partir de los 12 años. Los tramos de edad son: a partir de los 16 años sin requisitos, entre los 14 y 16 con el consentimiento de los representantes legales y entre los 12 y 14 con la autorización de un juez.

Las socialistas alineadas con el movimiento feminista, lideradas por Carmen Calvo, y los populares ven la normativa como un peligro para los derechos de las mujeres y para leyes como la de igualdad o contra la violencia de género. Las críticas se han amplificado con la última crisis del Ejecutivo, derivada de las rebajas de penas a agresores sexuales con la ley del solo sí es sí.

Carla Antonelli, primera mujer trans diputada en España y socialista, abandonó su cargo el pasado octubre como consecuencia de esta división. Ayer escribió en El País: “Ha llegado la hora de que un colectivo tan machacado como el nuestro pueda dibujar un futuro cuyo único propósito es disfrutar de una vida digna”

Desde la derecha y la extrema derecha hablan de un “nuevo solo sí es sí” y de “una ley lesiva”. María Jesús Moro, diputada por Salamanca del PP, tendió la mano al PSOE para votar en contra y lanzó el comentario: “Tenemos un convencimiento sincero y honesto de lo dañino y perverso de esa ley. Si Dios quiere, la derogaremos muy pronto”.

El movimiento feminista
El pasado 8 de marzo, Día de la Mujer, y 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia Machista, el feminismo caminó en bloques separados. Este 8 de marzo también lo hará por el mismo motivo: la ley trans, sumada al malestar por las consecuencias de la Ley de Libertad Sexual.

La Comisión 8M, transinclusiva, recorrerá desde las 19.00 el camino de Atocha a Plaza de España. Por su parte, Movimiento Feminista de Madrid tiene su propia convocatoria independiente en la que defienden cuestiones como la abolición de la prostitución, la reforma de la ley de libertad sexual y la oposición al “borrado de mujeres” de la ley trans.

Una de las plataformas más destacadas del feminismo posicionado en contra de la ley trans es Contra el Borrado de las Mujeres, que nació precisamente con este objetivo. De este grupo forman parte figuras históricas del movimiento y la propia Carmen Calvo. Según su teoría, la libre autodeterminación de género resultará en “el borrado jurídico de las mujeres” y tendrá consecuencias sobre “la salud de la infancia” y sobre “las leyes que protegen a las mujeres”. Defienden que la terminología empleada “oscurece la existencia del sexo biológico” y que el género “no es una identidad, sino el conjunto de normas, estereotipos y roles, impuestos socialmente a las personas en función se su sexo”.

La nueva normativa
Además del epicentro de las disputas, la autodeterminación de género, la ley trans incluye otras cuestiones. En primer lugar, deja de considerar la transexualidad como una patología, lo que supone que ya no sea necesario el diagnóstico médico para los trámites de transición.

También se prohíben las terapias de conversión, que pasarán a ser consideradas como faltas administrativas muy graves, con multas de hasta 150.000 euros, con independencia del consentimiento que pudiera haber prestado la persona interesada o sus representantes legales.

Por otro lado, se incluye el acceso a técnicas de reproducción asistida dentro de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud para mujeres lesbianas, bisexuales y sin pareja, y la filiación de los bebés para parejas de mujeres no casadas.

En la nota de prensa emitida por el Congreso ayer por la mañana precisan los objetivos de la ley como “desarrollar y garantizar los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales” y erradicar “las situaciones de discriminación” para “asegurar que en España se pueda vivir la orientación sexual, la identidad sexual, la expresión de género, las características sexuales y la diversidad familiar con plena libertad».

No obstante, desde ciertas asociaciones LGBTI se lamenta que hayan quedado fuera de la norma asuntos cruciales como el reconocimiento de las personas no binarias, las personas trans migrantes o el derecho de los menores de 14 años a cambiarse de sexo registral sin requisitos.

Darko Decimavilla, fundadore de la Asociación de Personas No Binarias de España, se mostró crítique por redes sociales y culpó al PSOE de haber impedido la tramitación de algunas cuestiones. María Carvalho, diputada de Esquerra Republicana, también acusó al PSOE de imponer su voluntad con el apoyo de las derechas.


A pesar de los dos años de turbulencias el Gobierno ha cumplido su promesa, y ha aprobado antes de acabar la legislatura las leyes que tenía previstas: la ley trans y la ley del aborto.


Lucía Ayuso. Redactora.

«¿La muerte del periodismo? ¡Cuidado! ¡Es la muerte de la democracia!». Arcadi Espada

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