Los médicos de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid inician esta semana una huelga indefinida

Manifestación del pasado 13 de noviembre en Madrid “Madrid se levanta por una sanidad pública”.
Imagen: UGT. 

  • Los profesionales siguen protestando por la sobrecarga laboral y la falta de soluciones, a pesar de haber firmado ya un acuerdo con el gobierno de Ayuso
  • Hoy se celebra de nuevo una reunión entre los facultativos y la Consejería

Casi 5.000 médicos y pediatras de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid fueron llamados desde ayer a una huelga para denunciar la situación de sobrecarga profesional. El parón arrancó a las ocho de la mañana del lunes y, por el momento, no tiene fecha de finalización. La huelga ha sido organizada por el sindicato Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid), mayoritario en el colectivo médico.

La huelga de médicos ha sido descrita por el sindicato convocante como un hecho “masivo” e “histórico”. Sin embargo, la Consejería de Sanidad asegura que el seguimiento del parón en el día de ayer fue de un 31 % por la mañana y un 29 % por la tarde.

La finalidad de la protesta es, de nuevo, denunciar la situación que vive la Atención Primaria y solicitar a la Consejería “un verdadero plan de choque para abordar la problemática de los centros de salud”. En la práctica, se busca un aumento tanto de inversión como de plantilla para aliviar la sobrecarga de trabajo agravada por el nuevo modelo de urgencia hospitalaria. 

Hoy mismo, Sanidad y los médicos se reúnen para tratar de llegar a un acuerdo. Los facultativos demandan poder disponer de diez minutos por paciente y atender 35 pacientes al día. 

La Consejería de Sanidad ha fijado en esta ocasión unos servicios mínimos diferentes al 100 %, que es lo común en este tipo de prestaciones esenciales. De esta manera, los trabajadores sanitarios pueden secundar el paro siempre y cuando cuenten con dos médicos y un pediatra para los centros de salud con cuatro o más facultativos.

El parón se da a pesar de que el pasado jueves se alcanzó un acuerdo entre la Consejería de Sanidad autonómica y el comité de huelga, tras un mes repleto de protestas y negociaciones. Los médicos lograron que la Comunidad madrileña abriese las urgencias con un modelo de autogestión, sin embargo, la persistente mala situación obliga a los profesionales a seguir con las protestas.

 

¿Cómo empezó el declive de la Sanidad madrileña?
Desde hace décadas, la gestión de recursos de la sanidad madrileña recae en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), un ente de derecho público dotado de personalidad jurídica y plena capacidad de obrar. Esta entidad se encarga de organizar el presupuesto, adquirir recursos y coordinar la red sanitaria.

Durante el mandato de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad (2003-2012), se tomaron dos decisiones que modificaron esta gestión y que trajeron como consecuencia la competitividad entre centros y profesionales.

  1. El Plan de Infraestructuras Sanitarias 2004-2007. Consistió en la apertura de siete hospitales con modelo de concesión de obra pública. Es decir, los bancos y las constructoras invirtieron en su levantamiento, y SERMAS organizó la plantilla. La consecuencia de adoptar este modelo fueron enormes sobrecostes.
  2. La implantación del Área Única y del Centro de Atención Personalizada (CAP). El principal cambio fue que se empezaron a canalizar las citas de especialistas que hasta entonces gestionaban en los Centros de Salud. Es decir, las citas se comenzaron a dirigir con mayor frecuencia a los hospitales privados concertados del SERMAS.

Estas medidas trajeron consigo infrafinanciación y recortes presupuestarios y la situación tanto de la plantilla como de los recursos comenzó a mermarse. Es aquí cuando el primer nivel asistencial comenzó a disminuir los ingresos hospitalarios evitables como única medida para proveer los servicios correctamente. Esta situación se pudo mantener únicamente hasta la llegada de la pandemia en el año 2020.

 

La pandemia y la reorganización de las urgencias hospitalarias
Las urgencias hospitalarias estaban organizadas en Madrid en 40 Servicios de Atención Rural (SAR), que prestaban atención en los pueblos cuando los centros de salud cerraban y eran dependientes de la gerencia asistencial de la Atención Primaria; y en 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). 

Con la llegada de la pandemia en 2020, la precaria situación ya existente hizo que los 37 SUAP fueran cerrados y la plantilla fuese desplazada de forma obligatoria para cubrir diferentes centros, como el hospital de campaña de IFEMA. Las malas condiciones en las nuevas urgencias supusieron la merma de la actividad de los trabajadores y la dimisión de una gran parte del personal de los SUAP que no volvía a su puesto inicial. Esto trajo largas colas en los centros de salud y los primeros vecinos comenzaron a protestar.

 

Los 78 puntos de Ayuso
Esta presión hizo que Isabel Díaz Ayuso plantease abrir estos servicios de urgencia extrahospitalarios que había cerrado durante la pandemia. Para ello, ideó un plan con 78 Puntos de Atención Continuada (PAC) que correspondían a centros de Servicio de Atención Rural (SAR) y Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). Estos ya existían, pero al llevar dos años cerrados no tenían suficiente personal y muchos tuvieron que ser clausurados.

Para solventarlo, Ayuso propuso reorganizar la plantilla de los médicos rurales para cubrir plazas en la Atención Primaria. En la práctica, este plan no resolvía el principal problema de la falta de personal, ya que en todo momento se descartaron nuevas contrataciones y simplemente se aumentaron las horas de jornada de los puntos PAC. 

Ante esta situación, los sindicatos con menos representación en la sanidad madrileña, MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad) y SummAT convocaron huelga los días 4, 5 y 6 de noviembre y los sindicatos mayoritarios rechazaron la firma del acuerdo de los 78 Puntos. 

Tras esto, todas las organizaciones de trabajadores se concentraron para convocar un paro indefinido que comenzó el pasado 7 de noviembre. El punto álgido de la protesta se alcanzó el pasado domingo 13 de noviembre, cuando se convocó la mayor manifestación hasta el momento en la capital bajo el lema “Madrid se levanta por la Sanidad Pública”. En ella participaron vecinos y miembros de asociaciones, sindicatos y partidos políticos como Izquierda Unida, Podemos y Más Madrid. Según EFE, más de 200.000 participantes salieron a la calle. 

Tras esto, la Consejería y los sindicatos llegaron el pasado jueves 17 de noviembre a un acuerdo que difiere del prototipo inicial de Ayuso de abrir 78 puntos. En su lugar se abrirán 49 centros y la plantilla de médicos del medio rural variará, mientras que en Atención Primaria siempre se contará con cuatro médicos y posibles refuerzos. A pesar del acuerdo, los trabajadores confirmaron que las protestas se van a prolongar, ya que no consideran suficientes las medidas, siendo ayer la primera jornada del nuevo parón.

Como parte de la protesta, los sindicatos Satse Madrid, CCOO, Amyts, CSIT Unión Profesional y UGT están llevando a cabo una recogida de firmas. Sus principales aspiraciones son reducir las consultas por videollamada y demandar un plan digno para la reapertura de los dispositivos de urgencia hospitalaria.

 

María del Pico. Redactora.

«El periodismo es un aprendizaje continuo sobre la naturaleza humana». David Beriain

 

Comentarios