Europa se prepara para un “otoño caliente” con movilizaciones a nivel internacional

Personas manifestándose. Imagen: CC. OO. Servicios, vía Flickr.

  • La Conferencia Europea de Sindicatos (CES) hace un llamamiento a los sindicatos nacionales para movilizarse a comienzos de octubre
  • España, uno de los países más afectados por la inflación, también participará en los actos de protesta

La subida de los precios, junto con la elevada inflación y la pérdida de poder adquisitivo, es el escenario en el que se mueve durante los últimos meses el continente europeo. Ante el pronóstico de recesión en varios países y la subida histórica de los tipos de interés acordada por el Banco Central Europeo, la Conferencia Europea de Sindicatos (CES o ETUC, por sus siglas en inglés) está coordinando junto con las principales organizaciones sindicales de los distintos países acciones de respuesta conjunta.

De este modo, y según confirmaron fuentes de UGT y CC. OO., ya se está trabajando en común con la agrupación europea para estudiar la manera de que estos sindicatos puedan sumarse a estas. Todo ello sucede al mismo tiempo que los sindicatos españoles amenazan con más protestas por la negativa de la patronal a negociar un acuerdo salarial.

La intención de la Conferencia Europea de Sindicatos es coordinar distintos actos y manifestaciones a lo largo del Viejo Continente durante dos semanas (entre el 5 y el 19 de octubre), justo antes de la reunión del Consejo Europeo, que se celebrará los días 20 y 21 de octubre.

 

Plan de seis puntos propuesto por la CES
La Conferencia Europea de Sindicatos ya ha elaborado un plan de seis puntos con diversas propuestas para conseguir acuerdos de remuneraciones justas. Bajo el lema “Politicians should listen to what workers have to say (en español: los políticos deben escuchar lo que los trabajadores tienen que decir), el sindicato europeo argumenta que los salarios “no son la causa de la inflación”, sino que esta crisis está siendo instigada por el “exceso de ganancias” de los grandes empresarios. Así, reclaman que es la patronal, Gobiernos y la propia Unión Europea los que tienen la responsabilidad de tomar medidas de carácter urgente para conseguir hacer frente a esta crisis y, de esta forma, conseguir que los trabajadores sufran lo menos posible sus efectos.

Entre sus demandas, la más sustancial pasa por aumentos salariales masivos para conseguir paliar el encarecimiento del coste de vida. De igual manera, se reclama establecer un tope de precios, especialmente en las facturas energéticas. Asimismo se pretende establecer un escudo social dirigido sobre todo a que las personas en situación de pobreza queden desprotegidas al tener que pagar unas “facturas inasequibles”.

Otro punto controvertido es la implantación de un impuesto especial a las energéticas que actúe directamente sobre las ganancias excesivas, todo ello con el fin de acabar con la especulación energética sufrida durante los últimos meses.

El reconocimiento de la energía como bien público, así como la reforma integral del mercado energético europeo, constituyen otra de las exigencias de este plan propuesto por la CES. Aunque, sin duda, una de las más importantes es la petición de “un asiento en la mesa” para que los sindicatos puedan “diseñar e implementar medidas anticrisis”, ya que, según señala la CES en el plan, “este es el método para gestionar con éxito una crisis”.

 

Primeras movilizaciones europeas
Esta situación de empobrecimiento de los trabajadores y aumento del coste de vida ya está haciendo fermentar las primeras movilizaciones en varios países europeos. En Bélgica, los sindicatos mayoritarios se alzaron en verano bajo el lema “La vida está cara, hacen falta mejores salarios”, donde se llegaron a congregar más de 10.000 personas vestidas de verde, azul y rojo (colores de los tres principales sindicatos).

 

En Francia, una huelga de controladores aéreos provocó la cancelación de cientos de vuelos, mientras que en Grecia los sindicatos se manifestaron para lograr una subida de sueldos. Por su parte, en Reino Unido los trabajadores del puerto de Liverpool anunciaron una huelga de, al menos, 2 semanas, y la organización ciudadana Don’t Pay ya ha comenzado a coordinarse para no pagar las facturas energéticas a partir del 1 de octubre, siempre y cuando alcancen antes el millón de miembros.

En Austria, la situación provocada por la subida de precios propició que el pasado sábado más de 30.000 personas fuesen convocadas por los sindicatos y saliesen a la calle para reclamar medidas que reduzcan el coste de vida y una subida salarial. Aunque la protesta más multitudinaria hasta el momento tuvo  lugar en República Checa, donde más de 70.000 personas se concentraron ante el encarecimiento energético.

Igualmente, según los sindicatos mayoritarios, en España se ha registrado un aumento de movilizaciones del 20 % frente a años anteriores. Esto no es de extrañar si se tiene en cuenta que es uno de los países con mayor caída de los salarios reales, estimada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en una caída del 4,5 %. Todo ello, unido a las altas tasas de pobreza, y de población que se encuentra a un paso de ella, junto con que España es uno de los Estados europeos que menos ha subido los salarios, según Eurostat, hace referenciar el descontento social existente. Así, los sindicatos vaticinan que en España se avecina un “otoño caliente” sin precedentes.

 

Christian Dos Santos. Redactor.

«El periodismo es, por un lado, una ciencia de la información y, por otro lado, un género literario». Luis María Anson

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