Turquía amenaza con impedir la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia
Banderas de los países miembro de la OTAN. Imagen: Monitor de oriente.
- Erdoğan se niega a levantar su veto sobre estos países por dar refugio a militantes kurdos del PKK
- Esta semana, ambos países nórdicos realizaron la petición formal de entrar en la organización como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania
En las últimas semanas, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, los países nórdicos se han sentido amenazados por algunas declaraciones de Vladimir Putin y su política de guerra. El presidente ruso no tardó en responder a las noticias de una posible adhesión de Finlandia a la OTAN, señalando que esta supondría una amenaza para Rusia al compartir su nación frontera con los escandinavos.
Sin embargo, Putin ya ha matizado sus palabras, afirmando que solo se darán respuestas militares a esta entrada si supone un despliegue de armamento en la zona. Por el momento, la única reacción al anuncio de Suecia y Finlandia de su interés por entrar en la organización militar, ha sido el corte de gas efectuado a este último país.
Por otra parte, hoy, sábado 21 de mayo, han tenido lugar las primeras conversaciones telefónicas entre la primera ministra de Suecia, Magdalena Anderson, el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, al respecto de la entrada de estos dos primeros estados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Erdoğan parece mostrarse tajante en su rechazo al ingreso de los países nórdicos en la OTAN. Algo que se debe al apoyo de estos a la causa kurda y a la presencia de varios militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) dentro de sus fronteras; huidos de Turquía, donde su organización tiene la consideración de terrorista y su etnia sufre una fuerte discriminación, casi sistemática.
Suecia y Finlandia, con fuertes lazos migratorios con el pueblo kurdo y reconocidos refugios de disidentes perseguidos por regímenes de dudosa calidad democrática para los estándares nórdicos, no parecen ir a dar el brazo a torcer en este aspecto: niegan tener vínculos con el PKK , más allá del asilo político ofrecido, y afirman que las preocupaciones de los miembros de la OTAN por la seguridad son también las suyas y que están comprometidos en todas las formas de lucha contra el terrorismo.
El resto de miembros de la Alianza Atlántica se muestran favorables a este nuevo ingreso. Esta entrada aporta, sin duda, un nivel de importancia geopolítica a la OTAN, quien, antes del conflicto ucraniano, parecía destinada a un declive progresivo.
Todo indica que Estados Unidos será quien finalmente medie entre Suecia, Finlandia y Turquía. Puede que reduciendo su apoyo a las guerrillas kurdas, a las que hasta ahora ha utilizado como efectivas milicias subsidiarias en la guerra contra el Estado Islámico en Siria. Puede acelerando ventas de armamento que tiene pendientes con el país de Erdoğan. O puede que ofreciendo a este algún tipo de beneficio económico.
El interés de los países nórdicos por entrar en la OTAN parece dejar clara una cosa: la invasión rusa de Ucrania ha removido los pilares del orden internacional. Será, con toda probabilidad, el 29 de junio, con la Cumbre de Madrid, cuando se comience a formar un nuevo escenario para la geopolítica y la seguridad internacional en el que la Alianza Atlántica podría tener mucho que decir.
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