Colombia se prepara para las históricas elecciones presidenciales del domingo
Protestas en Cali (Colombia) durante los paros de mayo de 2021. Imagen: Remux.
- La primera vuelta se celebra mañana, domingo 29 de mayo, pero habrá que esperar tres semanas para conocer al ganador
- Un candidato de izquierdas se posiciona como favorito en las encuestas por primera vez en la democracia colombiana
- La campaña electoral ha estado envuelta en un clima tenso por la violencia de las guerrillas y el narcotráfico
El presidente de Colombia, Iván Duque, finalizará su mandato con la elección democrática del nuevo dirigente, prevista para el 19 de junio. Mañana, domingo 29 de mayo, los ciudadanos votarán en una primera ronda entre todos los candidatos disponibles. Gustavo Petro (Pacto Histórico) y Federico Gutiérrez (Equipo por Colombia) parten como favoritos.
Tras la celebración de las elecciones legislativas en marzo de 2022, es el turno de las presidenciales, tal y como establece el sistema político colombiano. La Constitución del país latino estableció la elección de su mandatario mediante sufragio universal directo. Así, los votantes eligen a su representante directamente y sin intermediarios, al contrario que en España.
En esta primera vuelta electoral, los ciudadanos podrán votar por cualquier candidato de los ocho que se presentan. Solo si el ganador obtiene más del 50 % de los apoyos, objetivo muy improbable, obtendrá la presidencia sin necesidad de volver a acudir a las urnas. En caso contrario, los dos con mayor número de votos pasarán a unos segundos comicios para decidir definitivamente al nuevo presidente de Colombia.
Los candidatos: la experiencia por bandera
De los ocho candidatos, hay cuatro que sobresalen por encima del resto: Gustavo Pedro, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo. Entre ellos acumulan casi el 80 % del electorado, según la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) para el periódico Semana.
Evolución de las encuestas de la preferencia por los candidatos en Colombia (incluyendo indecisos). Imagen: informe del Centro Nacional de Consultoría.Gustavo Petro es el único líder izquierdista que concurre a las elecciones y el gran favorito. El fundador del partido Colombia Humana representa a la coalición Pacto Histórico, que reúne a una multitud de asociaciones políticas de izquierda y centro. Será fundamental la colaboración de su vicepresidenta, Francia Márquez, quien creció en uno de los muchos barrios pobres del país.
La justicia social y el cuidado del medioambiente son dos de las grandes propuestas del que ya fuese candidato en 2010 y 2018. También es importante su idea de transformación económica para aumentar la productividad de Colombia.
Federico Fico Gutiérrez (Equipo por Colombia) es el máximo exponente opositor a Gustavo Petro. El líder derechista es una de las opciones continuistas del Gobierno de Iván Duque (Centro Democrático), de línea uribista, es decir, afín a las políticas del expresidente Álvaro Uribe. No obstante, no ha recibido su apoyo explícito.
Cuenta con el respaldo de partidos históricos con gran peso en el poder legislativo, como el Partido Conservador y el Partido Liberal. El exalcalde de la ciudad de Medellín propone un mayor control y eficiencia del gasto público, pero que, a su vez, permita reducir la pobreza y desigualdad del país.
Rodolfo Hernández se presenta como el tercer candidato en discordia. El longevo político ha crecido sustancialmente en la última encuesta del CNC gracias al uso de las nuevas tecnologías. Su edad no ha sido un impedimento para hacerse viral en TikTok, principal red social en la que exponía su discurso político.
Aunque inicialmente era difícil situarlo en el espectro político debido a su discurso populista, su visión de empresario millonario y sus polémicas declaraciones recuerdan a Donald Trump. Además, su lenguaje contestatario aboga por una fuerte lucha contra la corrupción y una alternativa a Fico.
La cuarta opción, muy lejos del resto, es la de Sergio Fajardo. El de Medellín propone una alternativa más centrada y moderada que el resto de sus oponentes. Entre sus medidas destaca una nueva reforma tributaria y una mejora educativa vinculada al empleo.
La violencia enturbia las elecciones
La debilidad histórica del Estado colombiano ha impedido acabar con las raíces del problema de la violencia. Asimismo, las alianzas de los clanes terroristas con numerosos políticos para frenar a guerrillas revolucionarias han terminado por viciar el sistema y han contribuido a perpetuar su influencia en la vida social, política y económica.
Un 33 % de los senadores y un 15 % de los miembros de la Cámara de Representantes del país en 2006 fueron investigados en los años posteriores por sus relaciones con el narcoparamilitarismo, según la corporación Nuevo Arco Iris.
Estas organizaciones terroristas crecieron durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), cuyos vínculos con la Administración llevaron a la polémica de los “falsos positivos”. Bajo este nombre se identifica a todas las personas que fueron ejecutadas extrajudicialmente, pero que se hicieron pasar como bajas del combate entre guerrillas de extrema izquierda y los paramilitares de extrema derecha.
Ni siquiera el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 cesó el problema. La inicial paz fue destruida por otros grupos que han devuelto la violencia al país.
Como consecuencia, la presencia en Colombia de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y anticomunistas está condicionando gravemente el proceso electoral.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) realizó uno de los dos paros armados en precampaña, en los que la guerrilla impide el desarrollo de la vida cotidiana y movilidad de varios territorios. Los ciudadanos no pueden continuar con sus rutinas diarias ante el riesgo de asesinato y amenaza. No obstante, el grupo prometió un alto el fuego de dos semanas, hasta el fin de la primera vuelta electoral.
Otro grupo narcotraficante, el Clan del Golfo, provocó otro paro armado al conocer la extradición de unos de sus miembros a Estados Unidos.
Incluso, el propio Gustavo Petro denunció un presunto intento de asesinato por parte de la banda criminal La Cordillera. El líder de Pacto Histórico tuvo que suspender su agenda política durante unos días.
La Misión de Observación Electoral (MOE) calcula que se han perpetrado 747 acciones armadas y 547 amedrentamientos en los primeros 15 meses del periodo electoral. Además, estos ataques pueden influir en el control social de la población y manipular el voto de los afectados.
¿Un nuevo paradigma político?
Colombia instauró el sufragio, primero censitario y después universal (desde 1958), en el año 1833. Sin embargo, desde entonces ningún candidato de ideología izquierdista ha conseguido llegar a la presidencia.
La victoria electoral de Gustavo Petro supondría una consolidación del viraje político hacia la izquierda que está tomando recientemente América Latina. Aun así, el poder legislativo, con mayoría derechista, puede limitar el campo de acción del presidente.
El ganador se enfrentará a una Colombia muy empobrecida y con cada vez más desigualdades sociales. Tampoco deberán olvidar el problema de las guerrillas y narcotraficantes, cuya solución difiere mucho según el candidato: desde la paz total, hasta la confrontación y endurecimiento de la lucha.
“El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a esconderse”. Ryszard Kapuściński
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