Las tensiones en Ucrania alcanzan al Gobierno de España

Fragata Blas de Lezo, enviada por España al Mar Negro. Imagen: Atlántico.net.

La semana pasada, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció el envío de dos buques de guerra (el cazaminas Meteoro y la fragata Blas de Lezo) al Mar Negro para reforzar a las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la frontera ucraniana.

Unos días después, el Ministerio de Defensa planteó, también, la posibilidad de desplegar varios cazabombarderos del Ejército del Aire en la frontera de Bulgaria.

Estas decisiones, que siguen la estrategia de la OTAN respecto al conflicto, fueron rechazadas por los miembros del Gobierno de Unidas Podemos.

La formación morada ha llamado a sus socios del PSOE a recordar su compromiso de «propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, que estén libres del temor y la violencia».

Este jueves 27 de enero, Margarita Robles se defendió de las críticas en Sevilla, señalando que su Ministerio no prepara una operación militar y que el envío de tropas no se trata de un despliegue ofensivo sino de una colaboración con las actuaciones de disuasión que está llevando a cabo la OTAN.

Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, hizo llegar al día siguiente, viernes 28 de enero, una propuesta al Ministerio de Exteriores con 16 medidas para impulsar una «Agenda de Paz» en Ucrania.

Entre tales propuestas se encuentra la retirada de tropas de la frontera ucraniana, la prohibición de la venta de armas, la agilización del proceso de acogida de solicitantes de asilo tanto en España como en la Unión Europea y el apoyo a las vías diplomáticas a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) o el Cuarteto de Normandía (un grupo diplomático que reúne a Francia, Alemania, Rusia y Ucrania con el fin de llegar a acuerdos pacíficos y comunes).

En el escrito, Belarra también defiende la importancia de asegurar la soberanía nacional ucraniana frente a las injerencias externas y apoya la desnuclearización.

Parece, por tanto, que las tensiones en Ucrania han alcanzado al Gobierno de coalición español, que presenta dos posturas con ciertas discrepancias entre sí. Mientras que el PSOE se muestra favorable a seguir la línea marcada por la OTAN, su socios minoritarios, Unidas Podemos, creen que tales políticas conducen a una escalada innecesaria y perjudicial, y apuestan por distender las relaciones con Rusia y evitar el envío de tropas o armamento.

Pese a haber generado gran expectación y temor, el conflicto ucraniano no parece ir a estallar en el corto plazo. Tanto la OTAN como Rusia y sus aliados siguen reuniendo efectivos militares en la frontera, pero la guerra no es de interés para ninguno de los dos bloques.

Francia ya ha anunciado que enviará a sus jefes diplomáticos a Ucrania los días 7 y 8 de febrero. Boris Johnson, el presidente de Reino Unido, recientemente salpicado por el escándalo del Partygate, visitará el país en persona.

El mayor miedo que produce este conflicto en España es que desemboque en una subida de los precios energéticos que conduzca, a su vez, a un dañino aumento de la inflación, si bien no a una falta de suministro. Sin embargo, este escenario sólo se haría real en caso de que estallara la guerra, algo que, por el momento, parece improbable.

Pável Carballido. Jefe de Cultura y redactor.

“Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo”. Rosa Luxemburgo

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