La tensión entre Rusia y la OTAN aumenta por la frontera ucraniana
Vladimir Putin, presidente ruso, exponiendo un discurso. Imagen: @KremlinRussia vía Twitter.
- Ucrania y la Alianza Atlántica aseguran que hay cerca de 90.000 soldados rusos “preparados para un ataque”
- Estados Unidos avisa de que cualquier agresión rusa a Ucrania tendrá “graves consecuencias”
La situación entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia cada vez es más tensa debido al despliegue militar en la frontera ucraniana. Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, ha alertado de un posible golpe de Estado y el ejército del país ha comenzado una serie de maniobras militares para evitar un desastre similar al de Crimea en 2014.
Ese año, la situación del país giraba en torno al Euromaidán, un movimiento protesta a favor del acuerdo de Asociación de la Unión Europea y en contra del régimen de Victor Yanukóvic, presidente ucraniano en aquel entonces. Yanukóvich se negó a firmar el acuerdo y los líderes de la oposición firmaron un compromiso para restablecer la constitución de 2004 y así convocar elecciones anticipadas.
A pesar de que el acuerdo fracasó, Yanukóvich huyó de la capital y se refugió en Rusia con ayuda del Kremlin. Como la tensión interna aumentaba por momentos, Moscú aprovechó la incertidumbre del país para alegar que se había perpetrado un golpe de estado y así ocupar Crimea.
En estas condiciones, se realizó un referéndum ilegal de independencia e integración a Rusia en el que, según sus organizadores, votó el 83 % de la población. El resultado fue del 96 % a favor, por lo que, el 18 de marzo de 2014, Vladimir Putin anunció la anexión de Crimea a Rusia.
De vuelta al presente, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha seguido la línea de las declaraciones de Zelenski y ha asegurado haber visto “drones, vehículos pesados y tropas”. El secretario también ha reclamado que las maniobras rusas sean llevadas con transparencia y avisa de que la OTAN podría aumentar rápidamente sus efectivos en la zona.
Estados Unidos también se ha manifestado por medio de Antony Blinken, secretario de Estado, quien ha advertido a Rusia de que “habrá consecuencias si vuelven a atacar Ucrania” como ya hicieron en Crimea en el 2014.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha negado que Rusia tenga pensado realizar un ataque y ha asegurado que “es la OTAN y sus aliados quienes amenazan nuestro país”. Esto se debe a que, según Putin, las maniobras militares de la Alianza cada vez se realizan más cerca de las fronteras o los escudos antimisiles de Polonia o Lituania.
El jefe del Kremlin ha subrayado la importancia de que las tropas de la OTAN no traspasen Ucrania y lo ha definido como “una línea roja”. El objetivo de Rusia es que la Alianza proporcione “garantías jurídicas fiables y a largo plazo” de que no aumentarán sus infraestructuras militares cerca del territorio ruso.
Por su parte, el Gobierno ucraniano ha solicitado a la OTAN la preparación de sanciones económicas como medidas disuasorias en caso de invasión rusa. Si bien Ucrania no está dentro de la Alianza, ésta ha ofrecido respaldo y se ha comprometido a preservar la soberanía ucraniana en el territorio.
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