El nuevo trasvase al Levante pone en peligro el abastecimiento de agua en Castilla-La Mancha

Embalse de Entrepeñas, Guadalajara. Imagen: Diego Delso.
- Se trasvasarán 38 hectómetros cúbicos de agua en el mes de abril
- Page: “El agua del Tajo vale seis veces menos en Lorca que en Guadalajara”
Ayer, 14 de abril, la Comisión Central de Explotación del Adecuamiento Tajo-Segura autorizó un nuevo trasvase de 38 hectómetros cúbicos para el mes de abril.
El trasvase Tajo-Segura inaugurado en 1979 conecta las cuencas del Tajo y el Segura, atravesando a su vez las del Guadiana y el Júcar. Los encargados de regular el agua que circula por él son los embalses de Entrepeñas y Buendía, situados en Guadalajara y Cuenca respectivamente. El trasvase es a cielo descubierto y tiene una longitud de 292 kilómetros.
La capacidad máxima de agua que podrían albergar los embalses de Entrepeñas y Buendía asciende a 2.473 hectómetros cúbicos, sin embargo, está muy lejos de los menos de 880 hectómetros cúbicos que el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) contabilizó a principios de abril. La Ley contempla que se podrá trasvasar un total de 600 hectómetros cúbicos al año en distintas ocasiones a la zona del Levante, lo que sumado a la falta de aportaciones de lluvia, supone un peligro para la fauna y la flora de la zona que vería su principal fuente de agua reducida.
Actualmente, el embalse de Buendía se encuentra a un 26,1 % de su capacidad, mientras que el de Entrepeñas se sitúa en un 51,78 %.
La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía se han vuelto a levantar contra ese trasvase de 38 hectómetros cúbicos, ya que supone la “sentencia” de estos embalses de cara al verano. Tal y como afirma la organización “hay ligas que se pierden en diciembre y veranos que se pierden en abril”.
María de los Ángeles Sierra, presidenta de la asociación, ya se lamenta de que las previsiones sitúan a los embalses de la cabecera del Tajo en nivel 3 para el inicio del verano, frente al nivel 2 en el que se encuentran ahora y que ha permitido la autorización el trasvase.
El hecho de que los embalses se sitúen en un nivel 2 implica que los trasvases son automáticos, de tal manera que se derivará la máxima cantidad posible, es decir, 38 hectómetros cúbicos sin tener en cuenta las necesidades hídricas de la cuenca del Segura, por lo que aunque no fuera necesaria esa cantidad de agua, se les trasvasaría de todos modos.
La Plataforma de Afectados del Trasvase llevan décadas avisando que el expolio del agua impide el desarrollo local en favor de la explotación agrícola del levante. La cantidad de agua que queda en la zona es tan escasa que en numerosas ocasiones, los pueblos de la cabecera del Tajo han tenido que ser abastecidos de agua en camiones cisterna.
Ayer, Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha, en respuesta a las preguntas de la prensa en la presentación del proyecto de la Ciudad Administrativa de Ciudad Real decía verse obligado a volver a traer al debate público la cuestión del agua. Precisamente en esa provincia en la que se encuentra el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y el Parque Natural las Lagunas de Ruidera, que sufren cada año el robo y pérdida progresiva del agua que las baña.
“Como están cambiando las cosas, que ahora quienes denuncian, recurren y protestan son la gente del Levante”, argumentaba Emiliano García Page. Reconocía entender que Ximo Puig estuviese preocupado por el mañana de la Comunidad Valenciana, al igual que Murcia. “Que envidia me da que, apesar de la que han tenido en Murcia, todos los partidos se hayan puesto de acuerdo en el trasvase”, admitía el presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha.
“Hay que buscar entre todos un acuerdo, no solo para ver el agua de mañana, sino el de pasado mañana”, decía, y es que el cambio climático está provocando que cada vez los inviernos sean más secos y los veranos más áridos. Esto provoca que los embalses que nutren de agua al Tajo no consigan recuperarse de cara a las épocas cálidas cada vez más largas y extremas.
Tal y como decía Emiliano García Page en la rueda de prensa, la Unión Europa ya ha advertido que se tiene que ir pensando en el final del trasvase como paso en busca de la creación de un país sostenible. “Si quieren que hablemos enserio del agua, que lo hagamos a las orillas del Tajo para que vean la porquería de río que tenemos, mientras se van cinco veces más del agua a otras zonas de España”, sentenciaba Page.
Page remarcaba su interés en que nadie se quedara sin agua, demostrando que durante los meses que el trasvase a estado paralizado estas comunidades han podido mantenerse con el agua procedente de las desaladoras. Esto trae a la mesa un nuevo debate, y es el precio del agua. En palabras del presidente: “Igual el problema es que el metro cúbico desalado no vale lo mismo que el precio regalado del agua del Tajo”. “Que en Lorca vale seis veces menos el agua que en Guadalajara, de donde sale no es sostenible en ninguno de los sentidos”, admitía.
Por último, pedía que se pensara en el medio-largo plazo, ya que el agua se está convirtiendo en un medio escaso debido a la climatología. También abogaba por la coherencia para todos los presidentes autonómicos, sobre todo para el valenciano, quien reclama a Europa medidas para el desarrollo sostenible de su comunidad sin atender al impacto que tiene la pérdida de agua del Tajo en las provincias por las que pasa el río. “Si el agua es de todos, también tendrá que ser de los sitios por los que pasa el agua sin que lo hayamos decidido los políticos, lo ha decidido la naturaleza”, finalizaba Page.
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